viernes, 31 de octubre de 2014

CONSTANTINE: UN LIANTE QUE ENAMORA

Agradabilísimamente sorprendido por la serie de Constantine, que a mi me parece tan acertada o más que el resto de estrenos DC televisivos.

Este Constantine es un poco más charlatán y menos taciturno que el de los cómics. Más dado a dar explicaciones y hasta a contarnos su torturada infancia de pe a pá.


Pero no deja tener el descaro y el aire de truhán del original, y esa constante verborrea está lo suficiente bien escrita como para aguantar un capítulo que al fin y a la postre protagoniza un demonio cualquiera en un plot del montón.

Se le podría pedir a los guionistas que se hubiesen molestado en usar un personaje establecido como el difunto medium y parapsicólogo que es el padre de la co-protagonista, de la que hereda los poderes, por aquello de que tiene la casa llena de objetos mágicos bien conocidos. Pero nos conformamos con que pronto se pongan a estudiar esos rincones.



La serie cuenta con suficientes referencias canónicas, como el suceso de Newcastle y la condenación de Astra y otras refrescantes diferencias, como un Constantine que se ingresa por voluntad en Ravenscar y se marcha del manicomio cuando le apetece.


Ángeles, demonios, misteriosos aliados, Chaz y su taxi... Los elementos suficientes como para arrancar a un personaje que lo tiene todo para tener aventuras episódicas.

Aunque en los tiempos que corren, no nos encañemos, al tercer caso suelto nos aburriremos. La serie se la juega, como las demás, en saber mostrar cuanto antes subplots que enganchen, y cuanto más cercanos a los cómics mejor.

1 comentario:

Sergio dijo...

También comienza con posesiones demoníacas como la película del Keanu Rives, y ese es el único pero. En el comic hay abundante material como para sustentar buenas historias o inspirarlas. Pero bien. Un piloto nada aburrido y un protagonista más adecuado y sin complejos, hasta con patas de gallo.