lunes, 30 de mayo de 2016

EL FESTIVAL, POR H.P. LOVECRAFT

¿Que sería de los relatos de Lovecraft sin un buen "coven", una agrupación de hechiceros y adoradores de los Antiguos Dioses...?

Pues este relato incluye una de esas memorables escenas, ambientando esos antiguos y olvidados ritos pre-cristianos en la fecha más antitética posible para ello, Yule-tide, Navidad.


Va a ser apasionante descubrir qué pensaba Lovecraft de su propia familia, por que aquí el protagonista vuelve una vez más a comprobar que sus antepasados no eran, precisamente, trigo limpio.


El Necronomicón reaparece, conteniendo la fórmula para que cuerpos fallecidos hace centurias vuelvan a la vida, animados quien sabe si por sus antiguas y hechiceras almas o algo aún más horrible.


Si despojamos al relato de lo literario y nos centramos en la idea eje, la invitación de Lovecraft no ceja de ser una búsqueda de los propios orígenes, desenmarañar el propio karma, nuestro pasado muchas veces formado y conformado por nuestra propia familia, Pecados del Padre que perpetuamos y que jamás percibimos pues hemos crecido en ellos y con ellos.

Una arqueología genealógica y espiritual que pasa por descubrir el significado de esos ritos paganos que sobreviven aún hoy en día bajo la tenue pátina de pan de oro del Cristianismo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

una crítica que suena muy similar a la pelicula el hombre de mimbre

Sebastian O