miércoles, 16 de noviembre de 2016

LA LLEGADA

Han pasado ya los tiempos en los que los extraterrestres eran señores vestidos de romano, cubiertos de purpurina y que indefectiblemente traían un TRADUCTOR UNIVERSAL para poder amenazarnos con conquistar la Tierra y demás pérfidos propósitos.


En esta ocasión, el primer contacto se produce con una especie no humanoide y por lo tanto que tiene su propio modo de comunicacióm, y allí van la Adams y el Reeder a ver si consiguen averiguar que rayos hacen doce naves ciclópeas aterrizadas en diferentes puntos de la Tierra.


El problema va a ser que cada país intenta descifrar el misterio a su manera, y las tensiones entre ellos van a ser casi tan destructivas como si la invasión se hubiese producido a la antigua, con sus rayos desintegradores y sus ciudades en llamas.


Película de gran belleza visual, nos muestra a través de planos de amaneceres y verdes praderas, armonizados por melodías ultramundanas otro lado de lo ALIENIGENA, lo verdaderamente inquietante: el que no sepamos sus propósitos o, mucho peor, los malinterpretemos.

No hay mayor soledad que la de descubrir que no estamos solos en el Universo, pero que no podemos COMUNICARNOS con las otras criaturas inteligentes.


Claro, que si me preguntan a mi, el verdadero misterio de la película es cómo puede una profesora de Universidad pagarse un pedazo de casa de ensueño en medio de esos antiguos bosques americanos. ¡Debe ser que ya ha parado más de una invasión!


Recomendamos pues su visionado para los que gusten de otro tipo de CF, menos ruidosa y más psicológica y quizás, realista.

La película ahonda en la premisa de cómo nuestro propio lenguaje conforma la manera en cómo vemos el mundo.


No se crean ustedes que por pretender tanta profundidad la película está ausentes de agujeros del guión y Deus Ex Machina, pero al menos estos son consecuentes con lo que se nos está contando, que al final consiste mucho más en la historia de los intérpretes que en la de los Extraterrestres.


¡Véanla, disfruten de las novedades y estense muy atentos, por que el que estos alienígenas construyan naves ciclópeas pero vengan sin traductor universal no es el único fallito que tiene la cinta!

1 comentario:

José Luis del Razo Ochoa dijo...

En la serie de Cosmos: A Space-Time Odyssey, Neil deGrasse Tyson apuntó algo a tomar en cuenta. Que nuestro nivel de tecnología de comunicación, basada en la dispersión de ondas de radio que viajan a la velocidad de la luz en el vacío, podría estar ya obsoleto y rudimentario, y por ende, inentendible, para otras civilizaciones más avanzadas.

Es decir, que nuestro mensaje bien pudo haber llegado ya a los vecinos más cercanos, pero que para ellos habría pasado inadvertido debido a esta incompatibilidad, o en caso de que sí lo notasen, no habría manera de establecer una interfase adecuada para codificar el mensaje.
Lo que a su vez acarrea que nosotros tampoco estaríamos en condiciones de entender lo que sea que nos estuvieran diciendo. En conclusión, el problema no sería el lenguaje del mensaje en sí, sino el medio físico o mental de propagación.

A lo mejor podría ser una cuestión parecida a la manera en que los insectos perciben el idioma de las flores, que usan distintos patrones de colores, aromas e incluso variaciones de temperatura para darles a conocer donde encontrar el néctar y que nosotros únicamente podemos percibir mediante equipo especial.

Pero bueno, de momento son puras especulaciones mías. Tendré que verla este fin de semana, me la han recomendado muchísimo, se nota que es, con diferencia, de las mejores películas de este año. Ya de perdida, confío en que no caiga en el nivel de pretenciosidad de Interstellar.