lunes, 10 de abril de 2017

TEEN TITANS EL CONTRATO DE JUDAS: EL DÍA EN QUE LOS QUINCEAÑEROS SE VOLVIERON ADULTOS

Para quienes prácticamente nos enamoramos del Universo DC a través de esta serie de cómics y, aún más de su mejor aventura, todo un hito de la narrativa superheróica y que aún espera quien la supere, es muy difícil evaluar cuando una adaptación actual y actualizada hace justicia a la historia original.


Tratándose de la animación DC, y no existiendo en este caso las interferencias que han lastrado algunos de sus últimos proyectos, debemos afirmar que si, que se trata de una buena adaptación que, aunque no sustituye a la lectura y disfrute de la serie completa de Wolfman y Pérez, acierta en conservar lo esencial de la historia, añadiéndole otras nuevas tramas muy apropiadas, algunas menos apropiadas, y restándole otras que, como no puede ser de otra manera, el aficionado al cómic echará de menos.


La cinta comienza con una necesaria introducción de Starfire que es un flashback al origen de los New Teen Titans, con los cambios que la Continuidad animada y otros factores demandan.

Es en estas escenas donde hemos reconocido más, sino al grupo, si a su espíritu y al del cómic.


Bastó la mención de los Warlords Of Okkara para que remomerásemos en un momento todo el pasado de Starfire y el gran Universo que Marv Wolfman creó en torno a los mundos de Vega, suponemos que olvidados, destruidos o maltratados en la actual continuidad de DC Comics, como los propios Omega Men.

Joyitas como esa nos recuerdan en unas líneas por qué amamos el Universo DC y su inmenso potencial.


Con el salto al presente, la película pasa a ser más una continuación de las anteriores de Titanes y las de Batman protagonizadas por Damian -quien cobra un gran protagonismo en la cinta- que de los propios cómics que adapta, en los que ese personaje y toda su historia animada estaban obviamente ausentes, al ser creado décadas más tarde.

Es un interesante añadido, y nos encanta que aún las adaptaciones cuenten con buena parte original, pero no deja de alterar sutilmente el contenido de la aventura.


La motivación de Deathstroke pasa a ser su enfrentamiento con Damian por el control de la Liga de Asesinos, y no podemos evitar pensar que el personaje se empobrece bastante al reducirlo a un mero lacayo fracasado de Ra'sAl Ghul.

Aunque sus escenas con Damian tiene momentos brillantes, como muchos diálogos de la cinta, que no rehusa mostrar el lado más adulto de los personajes y las historias que protagonizaron.


Por ejemplo, Nightwing y Starfire hacen bastante referencias picantonas a sus aventuras sexuales, y buena parte de la cinta se centra en su relación como pareja.

Por supuesto se dedica también tiempo a establecer el incipiente romance de Terra y Beast Boy.

Otra subtrama desarrolla a Blue Bettle, que es un más que aceptable sustituto de Cyborg. Y hasta Raven tiene sus momentitos, aunque sus poderes aparezcan más inexplicados que nunca.


Nos sorprende la valentía de los creadores al adaptar la relación pederasta de Deathstroke y Terra, escena en salto de cama incluida, aunque en esta ocasión la chica no fuma.

La inclusión de Brother Blood y su fusión con H.I.V.E. es todo un acierto que así incorpora otras aventuras y villanos definitorios de la serie.


No obstante, algunas cosas se han quedado obviamente fuera y no dejamos de echarlas de menos.

Principalmente, el origen de Deathstroke y sus relaciones con su familia, que convierten al mercenario en un personaje -sea héroe, villano o antihéroe- mucho más plano que en los cómics.


Algo similar hubiese pasado de concretarse su aparición en una peli de Batman: que se hubiese dejado fuera lo más sabroso y genuino del personaje, por que todo no cabe en una película.

Echamos de menos también que se hubiese reflejado algo más la relación de los Titanes con New York, y su vida privada, la tridimensionalidad que les hizo legendarios en primer lugar.


Hay escenas y detalles interesantes pero no creo que sirvan al espectador para empatizar con ellos como lo hicimos sus lectores.

Incluso incluir el aspecto de Relevancia que el cómic tuvo en su día, tratando problemas sociales; esto también es apuntado pero quizás se hubiese podido hacer más patente.


Por último se echa también de menos el momento de cambio de identidad de Nightwing, que en esta continuidad ya se ha producido, así como su asociación con Jericho.

 Una se apunta, la otra se hubiese podido homenajear de alguna manera, aunque el metraje de la cinta ya supera con mucho el de este tipo de producciones.


Todo eso lo disculpamos al ver firmemente establecidos en esta nueva continuidad animada a los Titanes, paso previo a cualquier posible "renacer" en otros medios.

Esperamos que los cameos que sugieren futuras continuaciones y aventuras, originales o adaptadas, pronto se concreten y podamos así disfrutar aquí al menos del concepto que "salvó a DC" en los años 80, ahora tan maltratado en los cómics como todo el resto de sus propiedades más definitorias y fundamentales.

Quizás habría que meter un personaje derivado de BATMAN en la Legión o la Justice Society para así poder vender ambos conceptos en la actualidad, ¡Ahí lo dejo! ;-)

TITANS TOGETHER!!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Lo que digiste al final es (a mi umilde pareser) mas un cancer que se esta plagando actual mente solo piensala cada libro tiene un personage de batman(libros de equipos) o cameos constantes de este y no como secundario si me entienden, pero tienes rason cuando buelban a publicar la jsa o la legion tendran sus propios batmanes (aunque la jsa sienpre me paresio que wildcat o dr mignait eran algo como eso incluso linterna pero supongo que querrian algo mas directo) y eso le quitara a dc su libertad o bersatilidad que alguna bes tubo, pero como disen "las reglas no escritas de batman", este diene que estar en todo aun cuando no tiene sentido. les recomiendo ber el bideo las reglas no escritas de batman para entenderme,saludos.