jueves, 5 de febrero de 2015

EL ASNO DE ORO, POR "EL BRUJO"

Ya alabamos la capacidad didáctica de "El Brujo" comentando El Evangelio de San Juan.

Obviamente, los cristianos tenemos bastante familiaridad con ese texto, pero tenemos bastante menos con los clásicos latinos, y NULA en el caso de que estos se centren en novelizar una serie de capítulos iniciáticos de las antiguas Religiones Mistéricas de Grecia y el sincretismo religioso hermético del mundo panhelénico.


Pero, lejos de amilanarse, el Maestro -"y digo bien, pues lo es"- Rafael Álvarez decide llevarnos obscurum per obscurius, ignotum per ignotius, y chotearse de la complejidad de la "trama" -si puede llamarse así al hilo conductor entre el millón de apartes que hace- volviéndola para el profano mil y una veces más abigarrada. O no.

"Con un mucho de azucar", que de la que cantaba Mary Poppins, El Brujo hace la gran magia de meterse en el bolsillo función tras función a todo su público, sea en Mérida o en Algete, y explicar la fábula simbólica espiritual de manera de que TODOS la comprendan y además agradezcan infinitamente la lección.


Por si esto fuese poco, y existiese alguien no interesado en aprehenderlo, El Brujo hace mil y un apartes lanzando la más certeras puyas sobre la realidad actual.

Es prerrogativa del Bufón burlarse de la Corte, y nuestro querido cómico hace uso y abuso de la misma. Así pues, se trata de un espectáculo de crítica de la actualidad, una crítica mucho más certera y comprensible cuando se hace desde la ya decadente Roma o desde la inmutable Eternidad que llegamos a avistar entre bromas y veras.


Para los que si somos algo Adeptos, descubrir la obra de Apuleyo servirá de manera In-Mediata para que In-Tuyamos qué otras Grandes Obras del teatro y la literatura encierran bajo sus burros, un mismo simbolismo espiritual, una idéntica -mutatis, mutandis- estructura simbólica: El Sueño de una Noche de Verano, Don Quijote de la Mancha, Pinocchio...


Sin apenas recursos escenográficos, solo con su voz y su vis comica, El Brujo Forma, Entretiene y Divierte.

Se puede decir de el lo que de Lola Flores: "Ni canta ni baila, pero no dejen de verlo".

PS: Además, el Brujo canta y baila... ¡A su manera...!


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